José Gregorio Monagas fue un político y militar venezolano que ocupó la presidencia de la República entre 1851 y 1855. Su gestión se caracterizó por una serie de medidas que buscaban consolidar el poder de su partido liberal y de su hermano José Tadeo Monagas, quien lo había precedido y sucedido en el cargo. Sin embargo, entre todas sus acciones, la más trascendental y recordada fue la abolición de la esclavitud, que se concretó el 24 de marzo de 1854.
La esclavitud era una institución que se había mantenido en Venezuela desde la época colonial, y que afectaba a miles de personas de origen africano que eran sometidas a condiciones de explotación y opresión por parte de los terratenientes blancos. A pesar de que el Libertador Simón Bolívar había iniciado una campaña a favor de la emancipación de los esclavos desde 1816, esta no se había logrado efectivamente, debido a la resistencia de los sectores conservadores y a las dificultades políticas y económicas que atravesaba el país.
José Gregorio Monagas, quien había participado en la guerra de independencia como soldado y como general, era consciente de la importancia de los esclavos para la causa republicana, pues muchos de ellos habían luchado junto a él en las batallas más decisivas. Además, tenía una visión progresista y humanista que lo impulsaba a reconocer los derechos de todos los ciudadanos, sin distinción de raza o clase social. Por eso, cuando asumió la presidencia, decidió impulsar un proyecto de ley que declaraba la libertad absoluta e incondicional de todos los esclavos existentes en el territorio nacional.
El proyecto fue presentado ante el Congreso Nacional el 22 de marzo de 1854, y fue aprobado al día siguiente con el apoyo mayoritario de los diputados liberales. El 24 de marzo, José Gregorio Monagas firmó el ejecútese del decreto, que entró en vigencia inmediatamente. De esta manera, unos 40 mil esclavos quedaron libres por ley, y se les otorgó la ciudadanía venezolana con todos sus derechos y deberes.
La abolición de la esclavitud fue un acto histórico que marcó un hito en la historia social y política de Venezuela. Fue un gesto de justicia y dignidad para una población que había sufrido siglos de humillación y violencia. Fue también una expresión del ideario bolivariano, que aspiraba a construir una república igualitaria y democrática. Y fue finalmente una causa de orgullo para José Gregorio Monagas, quien pasó a la posteridad como el libertador de los esclavos venezolanos.